Quién es Miriam Cruz, la defensora ambiental que el ESMAD detuvo en Tibabuyes

Fecha: 2020-08-12

Por: Mariana White Londoño

Quién es Miriam Cruz, la defensora ambiental que el ESMAD detuvo en Tibabuyes

Por: MARIANA WHITE LONDOÑO

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El lunes pasado circuló por redes sociales un video donde se veía a una mujer siendo arrastrada contra su voluntad por agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) a las afueras del humedal Tibabuyes, en Bogotá. La mujer fue trasladada en una patrulla de la Policía. Era la defensora ambiental Miriam Cruz, quien se encontraba en el campamento construido, desde diciembre del 2020, por ambientalistas de la zona para protestar en contra de la construcción de un parque metropolitano que se adelanta encima del humedal.

Los activistas reunidos en esta acción de protesta sostenida, consideran que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ha afectado el ecosistema con la tala de árboles y la inyección de cemento al humedal. Ante la resistencia de los manifestantes la Policía efectuó un operativo de desalojo, a pesar de que la alcaldesa Claudia López se comprometió en campaña a proteger este espacio de la obra pretendida por su antecesor Enrique Peñalosa.

La Empresa, por su parte, insiste en que la construcción debe continuar, ya que se encuentra al 78%. Además, su gerente, Cristina Arango, dijo este 9 de agosto, ante los medios de comunicación, que en el sitio se ha generado inseguridad, hurto a material de obra, violencia de género y afectación ambiental. Cosas que desmienten los ambientalistas en un comunicado publicado el martes, 10 de agosto.

El celular de Miriam Cruz se descargó en la noche del lunes y fue retenido por la Policía. Hasta la mañana del martes no estaba claro dónde se encontraba. Aparentemente, según su familia, un funcionario de la Sijin les avisó que se encontraba en Usaquén, pero, por algunos mensajes que ella logró enviar y el trabajo de algunos defensores de derechos humanos, supieron que estaba en los juzgados de Paloquemao. No pudieron verla hasta las 5 de la tarde del día siguiente, 10 de agosto, cuando fue liberada.

Horas antes de su liberación hablamos con Julio Riaño, hijo de la lideresa social y ambiental de las comunidades que conforman el Humedal (Engativá, Suba y parte de Mosquera) para intentar entender la lucha que encarna su madre, con quien hasta ese momento no pudimos comunicarnos. Mientras tanto, la comunidad instauró una acción de cumplimiento para que se le ordene a la Secretaría de Ambiente del Distrito detener las obras, al considerar que López las recibió al 30% y por esto habría podido frenarlas.

 

¿Desde cuándo viene la lucha ambiental de tu madre?

Su lucha es una historia de vida. Mi mamá es indígena muisca nacida en San Benito, Santander, pero a mi abuelo lo matan y su familia sale desplazada hasta Suba, en Bogotá. En esta ciudad se conoce con mi padre, Campo Elías Riaño, y se van a vivir a Bosa. A él, en el 2004, los paramilitares lo desaparecieron en complicidad con las autoridades, por no dejarse quitar las tierras.

Cuando desaparece mi papá, a mí me mandan a Bienestar Familiar y mi mamá intenta devolverse al campo con mi hermanita. Después regresa y se establece en Kennedy. Su lucha ambiental comienza en el 2009, cuando intenta recuperar las tierras que le quitaron a mi papá.

Con mi esposa y mi mamá regresamos hace como 5 años a la zona. Vemos el humedal acabado, fragmentado por múltiples obras, utilizado como olla, de expendio y trinchera de delincuentes, y a la par la Policía tiene conocimiento de las bandas criminales “Los paisas” y “Los Boyacos”, porque reinan como si nada.

Comenzamos un proceso de liderazgo ambiental, una red de huertas y un proceso de liberación urbana en defensa de la madre tierra. Ya desde el 2013, mi mamá fue una de las cofundadoras de la recuperación parcial ambiental del humedal La Vaca Sur, un espacio de lucha que se ganó ante la Alcaldía. Ella hace parte del Consejo de Planeación Local de Kennedy y ayudó a conformar la Escuela EducAcción Popular Ambiental Guaches y Guarichas por Bacatá.

 

Y específicamente, ¿cuándo comenzó su defensa del humedal Tibabuyes?

Entre el 2018 y el 2019, se generaron unas mesas populares ambientalistas y de colectivos de Suba y Engativá, pues Peñalosa se inventó un parque metropolitano dentro del humedal Tibabuyes. Fuimos el primer movimiento en el sector en decirle al Alcalde que no se permitiría. Y se vivió lo mismo del lunes: no lo consultan con la ciudadanía y la atacan y golpean.

Es una lucha larga. Enrique Peñalosa trató de convertir las zonas verdes en “zonas pasivas” y “activas”. Esto fue tumbado por el Juzgado Cuarto Administrativo. Dieron un veredicto donde dicen que es totalmente invalido. Todos los colectivos verdes vieron que se cayó eso y lo usaron para su lucha, comenzamos un proceso jurídico con denuncias, derechos de petición y tutelas para cubrir todas las áreas verdes.

Llega la pandemia y nos encierran y, a raíz del encierro, colocan polisombra en el lugar. Comenzamos un reconocimiento del espacio, compañeros y compañeras pasan y se dan cuenta de este ecosidio: tumbaron más de mil árboles, alteran la flora y fauna, las especies nativas, han alterado la historia ancestral del territorio, y le quieren cambiar el nombre a Juan Amarillo. Es un sitio sagrado para las comunidades muiscas: nosotros somos hijos del agua.

Mi madre ha estado desde el principio, pero no en las noches, por problemas de salud. Es asmática, sufre de vértigo entonces la golpea el frío. Va constantemente en el día a acompañar con la olla comunitaria, con alimentación. No solo ha recibido amenazas de pandillas, sino de la Fuerza Pública. Nos estigmatizan y generan más violencia.

 

¿Cómo conformaron el campamento del humedal Tibabuyes? ¿Cuándo iniciaron las confrontaciones?

Veníamos luchando con la comunidad indígena por el cerro sagrado Santuario en Suba. Se logra sentar la posición de lucha ahí, entonces decidimos tomarnos el humedal Tibabuyes, el 18 de diciembre de 2020 para frenar la obra. Ese día se hicieron actividades y se tomó la decisión por Asamblea de continuar la lucha. Se quedaron entre 100 y 150 personas esa noche.

El 19, cuando los obreros iban a ingresar, no lo permitimos. El Acueducto es el administrador del espacio, pero el daño ambiental lo hace el consorcio Ayal Juan Amarillo, afectando la estructura principal ambiental. La comunidad protesta y se da un enfrentamiento verbal entre la comunidad y los obreros. Empezamos a darnos cuenta de que algunos presidentes de las juntas vendieron la tierra y que hay concejales con intereses oscuros dentro de estas acciones.

El 20 se toma la decisión de entrar al humedal pacíficamente porque afuera en la vía parecíamos habitantes de calle. Unos compañeros se encadenaron a las máquinas, que están más o menos a dos cuadras de las ollas de vicio del humedal. Entonces tomamos la decisión de acompañarlos y montamos las carpas del Campamento por la Vida y el Territorio. Como desde las 10 de la noche: pusimos sillitas, jugamos cartas y cocinamos. Pasamos de ser Toma Pacífica del Tibabuyes a Campamento por la Vida y el Territorio SOS humedal Tibabuyes.

El primer mes tenemos más de 20 reuniones de manera no formal con una funcionaria del Acueducto donde se acerca, intenta persuadir la protesta, desmotivar la lucha, nos dice que hay dineros invertidos, que no se pueden perder porque es detrimento patrimonial. Pero ni es un contrato ambiental ni social de Claudia López, es más, ella estuvo en el Humedal y se comprometió a defenderlo y no permitir esas obras con el Pacto de los Humedales.

 

Ellos dicen que las obras están al 78% y ya no es conveniente frenarlas…

Siempre han dicho que el 75, 80, 100% , pero mentiras que calculamos un 50%, porque solo han echado cemento y varilla dentro del humedal y no hay una gran edificación que no se pueda retroceder. Hicieron una pista desierta en cemento, cortaron árboles y generaron un espacio para estabilizar la tierra echándole material para hacer sus canchas y sus parqueaderos, encima del humedal.

 

¿Qué ha pasado estos nueve meses en el campamento?

Se han generado muchas actividades de resistencia pedagógicas, ambientales de restitución, huertas, siembra de árboles nativos, recolección de basuras en el campamento y humedal. Se han frustrado robos, violaciones, la Alcaldía no ha hecho nada. Los manifestantes se acercan a pandillas a decirle que ya no es un expendio de drogas, lo cual genera amenazas y la Policía que hasta se burla, dice que somos guerrilleros desadaptados.

Tenemos papeles que demuestran que están cometiendo un error, conceptos de biólogos que estudian el tema y esas construcciones tienen una serie de consecuencias.

Nos sacan del lugar diciendo que es ilegal, pero tenemos el derecho constitucional a la protesta pacífica. Desde el primer día se ha dicho en videos y en todo lado que estamos abiertos al diálogo, pero nunca se quiso estar en diálogo.

Como decimos nosotros como ambientalistas: No hay otra tierra, no hay un plan B, si no hay tierra no hay vida. Hablamos de la madre tierra, los ríos, las montañas, la fauna y la flora, el aire. Somos guardianes de la madre tierra, hombres y mujeres por la defensa de la estructura principal ambiental.

 

¿Y qué pasó con tu mamá desde la retención hasta ahora?*

Esta magullada por los golpes, fue arrastrada por casi dos metros por la Avenida Cali. Nos pudo enviar mensajes solo hasta las siete de la noche y no hemos podido verla. Alguien supuestamente de la Sijin nos dijo que estaba en Usaquén, pero nos dimos cuenta de que estaba en Paloquemao, donde hubo un plantón de unas 20 personas afuera esperando que la sacaran.

Los mensajes de voz que envió hablaban de malos tratos, que solo había estado con policías hombres que le decían que era una delincuente, que hiciera algo productivo, que las viejas no sabían más que hacer sino escándalo.

 

¿Cuál crees que ha sido el papel de las lideresas ambientales en la defensa de los ecosistemas?

 

#HablemosDeLasDefensorasAmbientales

 

*Esta entrevista se realizó horas antes de la liberación de Miriam Cruz. Ella se encuentra estable recuperándose de la afectación física y mental tras más de 20 horas de detención e incomunicación.